Los cuadros de las franjas que pintó Rothko no son normales. Un cuadro abstracto de dos metros de alto con dos o tres franjas de colores no es normal. Es un cuadro abstracto y aunque en los años 50 del siglo pasado el arte abstracto ya había triunfado y el público ya había visto cuadros de ese tipo, los cuadros de Rothko seguían siendo anormales. Hoy en día siguen siendo cuadros extraños. Por más que nos hayamos habituado al arte abstracto, los cuadros de las franjas que empezó a pintar Mark Rothko en el año 1957, cuando tenía 54 años, no han acabado de llegar a ser vulgares, de hecho no lo son en absoluto, quizá sean los cuadros abstractos, con algunos pintados por Miró, menos vulgares. Cuando Rothko comenzó a pintarlos había mucha gente que se había colocado en una posición contraria al arte abstracto, considerándolo un arte tonto y vacío. Es como si Rothko hubiese reaccionado a esa opinión diciéndose “¡Ah, conque os parecen tontos y vacíos, pues ya veréis, os voy a dar yo cuadros abstractos que os van a hacer pensar!”.
#72. Un episodio crítico de la historia del arte.
#72. Un episodio crítico de la historia del…
#72. Un episodio crítico de la historia del arte.
Los cuadros de las franjas que pintó Rothko no son normales. Un cuadro abstracto de dos metros de alto con dos o tres franjas de colores no es normal. Es un cuadro abstracto y aunque en los años 50 del siglo pasado el arte abstracto ya había triunfado y el público ya había visto cuadros de ese tipo, los cuadros de Rothko seguían siendo anormales. Hoy en día siguen siendo cuadros extraños. Por más que nos hayamos habituado al arte abstracto, los cuadros de las franjas que empezó a pintar Mark Rothko en el año 1957, cuando tenía 54 años, no han acabado de llegar a ser vulgares, de hecho no lo son en absoluto, quizá sean los cuadros abstractos, con algunos pintados por Miró, menos vulgares. Cuando Rothko comenzó a pintarlos había mucha gente que se había colocado en una posición contraria al arte abstracto, considerándolo un arte tonto y vacío. Es como si Rothko hubiese reaccionado a esa opinión diciéndose “¡Ah, conque os parecen tontos y vacíos, pues ya veréis, os voy a dar yo cuadros abstractos que os van a hacer pensar!”.