#87. Flaubert.
Gustave Flaubert nació el 12 de diciembre de 1812 y murió el 8 de mayo de 1880. Es importante situarle. Bueno, a mí me interesa mucho situarle en la historia. ¿Por qué?, ¡ja!, ¿y por qué va a ser? Simplemente porque Flaubert es uno de los más grandes escritores que ha habido. Esto que digo es indiscutible. O sea, que lo que hizo este hombre no es nada fácil hacerlo. Tuvo que trabajar muy duro para llegar a escribir una novela como “La educación sentimental”, sin duda, su mejor novela, mucho mejor que su novela más famosa, “Madame Bovary”. En una carta escribió esto: “Lo que me parece bello, lo que me gustaría hacer, es un libro sobre nada, un libro sin ataduras exteriores, que se sostendría por sí mismo gracias a la fuerza interior del estilo”. Pero voy a situarlo. Cuando él viene al mundo en una ciudad del norte de Francia, Inmanuel Kant hacía ocho años que se había ido (Dios sabe a dónde) y hacía treinta y dos que se había publicado la primera edición de la “Crítica de la razón pura”. Kant está considerado el filósofo de la Ilustración. Él fue el que puso los límites a la razón. El fue el que más éxito tuvo al decir que con la razón no había manera de conocer a Dios y que por tanto los humanos deberíamos dedicarnos a otras cosas. La influencia de Kant ha sido enorme y supongo que en la época en la que vivió Flaubert comenzaba a dejarse notar. De hecho, la Santa Sede, en 1864, siendo Papa Pio IX, publicó el famoso “Listado recopilatorio de los principales errores de nuestro tiempo” (Syllabus errorum complectens praecipuos nostrae aetatis errores). Dada la influencia que tenía la Iglesia en aquel tiempo, diría que Flaubert conoció este listado. Hoy en día ya nadie lo conoce, nadie se refiere a él. Pero la lectura de este listado da buena cuenta de los cambios que estaban sucediendo en aquel entonces, cambios propiciados en gran medida por la influencia que estaba teniendo la filosofía de Kant (y lo que había venido inmediatamente después, es decir, el idealismo radical de Fichte, el idealismo de Schelling y el sistema filosófico de Hegel). El listado no fue una ocurrencia, ni fue algo improvisado. En Europa se estaban produciendo cambios muy graves (por ejemplo, la revolución de signo comunista de 1848 en París) y la Santa Sede quiso indagar sobre los mismos. Años antes de salir publicado el Syllabus la Santa Sede hizo un sondeo entre seglares de diferentes países y de diferentes ámbitos de la sociedad con el fin de que diesen su opinión sobre lo que ellos considerasen los problemas más graves que estaba afrontando la humanidad en aquel tiempo. Hay una carta de José Donoso Cortés al cardenal Fornari respondiendo sobre este particular. Esta carta se puede leer aquí. Creo que es muy interesante. Entre otras muchas otras cosas, dice Donoso Cortés: “Los errores contemporáneos son infinitos; pero todos ellos, si bien se mira, tienen su origen y van a morir en dos negaciones supremas: una, relativa a Dios, y otra, relativa al hombre. La sociedad niega de Dios que tenga cuidado de sus criaturas, y del hombre que sea concebido en pecado. Su orgullo ha dicho al hombre de estos tiempos dos cosas, y ambas se las ha creído: que no tiene lunar y que no necesita de Dios; que es fuerte y que es hermoso; por eso le vemos engreído con su poder y enamorado de su hermosura”. Aunque Flaubert es uno de los escritores más encerrados en sí mismos y en su trabajo, tuvo que percibir esos cambios que se estaban dando, aunque seguramente a él no le importaban mucho. El Syllabus tuvo una gran repercusión y supongo que Flaubert conocería su contenido y se formaría una opinión sobre el mismo. Como suele suceder, supongo que en algunos puntos estaría de acuerdo con la Santa Sede y en otros no. Algunos le harían reír. No creo que Flaubert tuviese una ideología o fuese un hombre religioso, pero diría que el liberalismo y el socialismo eran ideologías que le caían bastante antipáticas. ¿No es su última e inacabada novela “Bouvard y Pécuchet” una burla de las ideas democráticas? Pero conociendo la carta de José Donoso Cortés al cardenal Fornari y habiendo leído “Madame Bovary” y “La educación sentimental” se me ocurre pensar que tal vez Flaubert era uno de esos hombres muy seguros de su valía, uno de esos hombres que comprendieron que no necesitaban a Dios para vivir ni para escribir su obra. A lo mejor Flaubert fue “un hombre de su tiempo”. A lo mejor lo fue en mucho mayor medida que lo fue José Donoso Cortés o el cardenal Fornari. A lo mejor José Donoso Cortés y el cardenal Fornari fueron hombres un poco anticuados para su tiempo. Dado el estado actual de la situación parece que ambos fueron hombres que se iban quedando rezagados. A la hora de vivir no creo que importe mucho quedarse un poco atrás con respecto a las nuevas ideas que vayan surgiendo. De todas formas me parece que José Donoso Cortés sufrió bastante con el rumbo que iba tomando la humanidad… ¿Pero fue Flaubert un hombre de su tiempo, un hombre que no se quedaba rezagado con respecto a las nuevas ideas? Y si esto es así, es decir, si Flaubert fue un hombre de su tiempo, ¿podríamos pensar seguidamente que Flaubert arrastró algunos errores propios de su tiempo? Es más, ¿podríamos pensar que una novela como “La educación sentimental” nunca podría haber sido escrita si su autor no fuese un hombre que arrastraba algunos errores propios de su tiempo? A lo mejor esa concepción que Flaubert tenía de sí mismo y de su trabajo no era buena, a lo mejor la literatura no es una materia a la que un hombre deba dedicar tanto esfuerzo. No podemos saber si Flaubert podría haber escrito otra clase de novelas. Por supuesto, tampoco podemos saber si todas las frases que escribió serían peores si les hubiese dedicado la mitad de tiempo. A lo mejor Flaubert era un hombre insano, un hombre que no podía pensar en escribir algo valioso sin emplear un enorme esfuerzo. Pero este modo de ser y de trabajar, ¿de dónde viene?, ¿no puede venir de alguna concepción errónea sobre el hombre? Porque parece fácil que, tras la desaparición de Dios, pueda surgir un nuevo espécimen que piense que su trabajo es emular a un Gran Creador. Si no se ve claro esto, piénsese en el modo de trabajar de un buen cristiano. El buen cristiano se coloca en un lugar de inferioridad con respecto a Dios. El buen cristiano sabe que la soberbia es uno de los pecados que más ofenden a Dios. Sé que en la actualidad, en una sociedad compuesta por hombres y mujeres que no creen en Dios, es difícil comprender la humildad con la que trabajaba un buen cristiano. Hoy en día se comprende mucho mejor el modo de trabajar de Flaubert, incluso es un modo de trabajar y de concebir la literatura que ha causado una gran admiración. Son numerosos los escritores posteriores a Flaubert que han pretendido imitarlo. Muchísimos los escritores que han arruinado sus vidas por querer crear la frase perfecta en la obra perfecta. Pero sigo situándolo: Goethe nació el 28 de agosto de 1749 y murió el 22 de marzo de 1832. Napoleón Bonaparte nació el 15 de agosto de 1769 y murió el 5 de mayo de 1821. Hegel nació el 27 de agosto de 1770 y murió el 14 de noviembre de 1831. Karl Marx fue contemporáneo de Flaubert: nació en el año 1818, el 5 de mayo, y murió en 1883, el 14 de marzo. Charles Darwin también fue contemporáneo de Flaubert: nació el 12 de febrero de 1809 y murió el 19 de abril de 1882. Su obra fundamental, “El origen de las especies por medio de la selección natural” es del año 1859. Goethe, Napoleón, Hegel, Marx, Darwin… ¡Madre mía, vaya hombres!, ¡cuánta grandeza! Todos al lado de hombres como estos parecemos sabandijas.