#75. Más sobre la esencia del espíritu.
La libertad no parece que sea algo con lo que lleguemos a este mundo. Más bien parece que es algo que cuesta conseguir. No es suficiente que esté reconocida en las leyes y que el Estado la proteja y los periodistas y los políticos se llenen la boca hablando de ella. Tampoco es suficiente con comprender los libros que escriben los que a sí mismos se llaman filósofos.
Todo indica que la libertad no es un regalo de los dioses. O sea, hay que saber que no nacemos libres. Hay que saber que no podemos confiar en lo que nos dicen las autoridades del momento. No podemos confiar en la visión que tengan nuestros padres de la existencia. Ni tampoco la que tengan nuestros profesores. Estamos solos. No podemos confiar en nadie…
Bueno, en alguien sí podemos confiar. Podemos confiar en los grandes filósofos y en los grandes escritores. Solo ellos saben lo que es el espíritu y cuál es su esencia. Y tenemos que conocer el arte, el bueno de verdad, porque solo los grandes artistas se expresan conforme a lo esencial del espíritu.
La libertad es algo eminentemente humano. Los animales no son libres. Por más que el perro esté humanizado nunca tendrá libertad.
Lo que quiero decir es que el modo esencial de desarrollarse el espíritu humano es por medio de la libertad y el único modo que tiene esta de realizarse es a través de la contraposición, o sea de la oposición.
Por ejemplo, pensemos en alguien que esté seguro al cien por cien de estar en lo cierto en algo. Lo que yo quiero decir es que esa seguridad lleva inexorablemente al anquilosamiento. Esa seguridad es justo la resistencia que el espíritu debe de vencer y no hay otro modo de vencerla que practicando el raciocinio. La razón está ahí para buscar la antítesis a la tesis. Ese es el modo de razonar que nos hace libres.
No quiero ponerme pesado con Hegel, pero Hegel fue el que ideó todo esto, y fue él el que dijo que lo esencial del espíritu humano es la libertad. Él pensaba que el espíritu solo se desarrollaba a través de la libertad. A veces, incluso, parece que dice que la esencia misma del espíritu es la libertad. Lo que está claro en Hegel es que al espíritu humano le gusta mucho la libertad, ama la libertad por encima de todo. Me imagino que esto que está claro en Hegel también está claro en casi todos los seres humanos de hoy en día. Creo que en esto Hegel acertó de lleno. Creo que podemos referirnos a la libertad sin tener que mencionar a Hegel.
El problema es qué hacer con todos los otros filósofos que estuvieron mucho más preocupados en otras cosas. ¿Qué se puede hacer hoy en día con lo que dice Aristóteles al principio de su Metafísica, eso de que el hombre es el animal que quiere saber? ¿Qué se puede hacer en general con toda la filosofía? ¿Qué se puede hacer con algo que se inventó para conocer la verdad cuando la verdad ya es conocida por todos?
Creo que hay algo que se puede hacer con Aristóteles y todos los demás filósofos. Es algo bueno, algo que no es destructivo. Se trataría de creer que estos filósofos trabajaron en lo mismo en lo que trabajó Hegel. O sea, entender la filosofía como la actividad encargada del desarrollo espiritual de los seres humanos. De este modo saldría a la luz, muy pronto, que hay un tipo de pensamiento que no podría ser llamado filosofía. Porque hay (siempre ha habido) una pseudofilosofía, algo que a sí misma se llama filosofía pero que no lo es. No lo es porque (ahora se ve con claridad) va contra la esencia del espíritu.